Un mar y una montaña

Empiezo a vislumbrar el objetivo. Mañana domingo 23 de julio, si todo va bien llego a mi destino final. Este viaje ha sido un mar de emociones, y una montaña de nuevas experiencias y de inmersión en la cultura marroquí.

Me gusta utilizar esta expresión de mar y montaña porque esta mañana he salido de la playa, de mi querido Océano Atlántico, para lanzarme hacia el monte que me llevará al pueblo final, Gdourt, asi que este paralelo me ha hecho pensarlo de este modo.

Tengo muchísima ilusión por llegar allí, la verdad es que no sé bien lo que me voy a encontrar, pero sé que hay unos niños que nos esperan, y que están ilusionados también por recibirnos y mejorar su escuela y sobre todo su educación. Y no solo los niños sino también sus familias porque con la calidad de educación que les vamos a proporcionar, también serán protagonistas en el desarrollo de sus hijos aún más de lo normal. Insisto, no sé lo que me voy a encontrar, pero sé que voy a llegar allí con el corazón abierto, abierto a nuevas experiencias y a recibir todo lo que de bueno puede ocurrir en el pueblo. Así que estoy seguro que este mar y montaña, esta montaña rusa de emociones va a continuar también una vez llegado a Gdourt. Y será un placer compartirlo con vosotros una vez más, así que os invito a seguir algunos días más este blog.

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