Al andar por los senderos, los caminos, las callejuelas, y las travesías amuralladas….Te posee una impresión de que estas viajando por las olas del tiempo, para rebasar al remoto de lo más remoto posible. Vuelves a vivir el pasado de la cuidad en su presente, todavía puedes escuchar los silbidos de los barcos fenicios en el puerto viejo y los tambores rumanos celebrando sus fiestas, poblaciones y culturas que acamparon en la cuidad durante décadas. El hombre de la bicicleta verde podía tener esta sensación de plenitud infinita, sentir la historia mientras palpita su corazón entre las calles de la cuidad.
En el corazón de la cuidad fue construido el gran Tajín del mundo, donde se cocinaron las bolas de sardinas, tan típicas de Safì. A lado de este monumento histórico estaban convocados los personajes más destacados del lugar y que representan la vida cultural, literaria y artística de la cuidad. Allí estaba; Sami el Magrebí cantante isareli-Marroqui, Mohammed Bajeddoub músico andalusí, Ruth Knafo Setton escritora de romances, Monsif cantante de reggae….y muchos otros. Estaban a la espera del hombre de la bicicleta verde para comer juntos en la gran Tajín del mundo.
La niña beréber, sonrió al ahombre de la bicicleta verde y le susurro; La sorpresa es lo que me mueve a continuar el viaje contigo.